Ibamos felices, de la mano, mi paraguas y yo. Esperamos en la esquina, tomamos el colectivo, miramos por la ventana.
De repente y sin quererlo, me di cuenta que hacia rato, estaba caminando sola por la calle. El sol brillaba de nuevo, y evidentemente lo habia olvidado por ahi.
Pense en el, pense en lo que estaria sintiendo en ese momento, toda esa tristeza, la angustia y preguntandose una y otra vez por que.
Sabes paraguas? la soledad , a veces, sucede y casi nunca suele anunciar su llegada.
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