Hoy me levanté y le dije a mi cabeza: Estas despedida. Todo lo que hiciste hasta ahora esta mal, exijo tu renuncia.
Y la tan astuta me contesto: Lo siento pero no es culpa mia. Todos los desengaños que tuviste fueron hijos de tu preferencia.
Ya mismo estoy redactando el telegrama de despido para todo el sector de Elecciones y Preferencias del departamento Limbico de mi cerebro.
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