lunes, mayo 14, 2012

Mal de amores

Despues de tanto llorar pude llegar a mi casa. Angustiada busqué el frasquito que sabia que guardaba en alguna parte. Lo guardaba para alguna emergencia y por suerte no habia tenido que usarlo en muchisimo tiempo. Lo busqué incansablemente, sin dejar de llorar un solo momento. La iliada busqueda dio sus frutos y lo encontré. Estaba tímidamente parado en la esquina del último estante del aparador. La etiqueta, un tanto despegada y amarillenta rezaba: "Para el mal de amores". Justo lo que necesitaba. Lo agarré con desesperación, me bajé de un salto y lo abrí. No habia nada. Ahí entendí todo.

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