Se que después de tantos años, ya formas parte de mi. Pero tantas
idas y vueltas son dolorosas. Esta relación, con tantas recurrencias me genera
cansancio y malestar general. Cuando apareces siento prurito, un deseo
irrefrenable de tocarte, mi boca siente desesperación. Mis nervios, afectados
por tu presencia, me generan insomnio. Los médicos dicen que no pueden
ayudarme. No puedo seguir así, quiero cortar esta relación patológica. Necesito
que sanen mis heridas, que se genere esa costra protectora y que con ella, te
vayas tu también. Vete ya, Herpes Simplex, de mi vida.
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